
Es increible lo a gusto que se está escuchando el silencio. Aqui, en la Gran Ciudad, tambien lo puedes encontrar, no hace falta irte tan lejos. Hay parques, donde, en ciertos instantes, si cierras los ojos puedes escuchar el canto de los pajaros, el viento rozar levemente con sus manos a las hojas de los arboles, las puedes oir volar, revolotear y caerse al suelo. Todo ello sin salir de la Gran Ciudad.
En ocasiones escuchas el silencio en tu habitación, cuando no hay nadie, cuando todos duermen, entonces escuchas aquel pitido, y si sigues concentrandote escuchas tu propia respiración...a veces hasta latir tu corazon, y todo ello, sin salir de la Gran Ciudad.
Pero a mi lo que más me gusta de salir de aqui, es el aire puro, el ver que aun hoy hay gente diferente, más llana, fuera de las fronteras de la inmensidad urbana, que hay costumbres que te llevan a recuerdos de la infancia, olores, sabores, acentos...
Aun así no podemos despegarnos de la Gran Urbe, la necesitamos como Ella a nosotros, y quedamos de nuevo, atrapados, inmoviles, lejos del silencio...

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