A veces me quedo absorto mirando al cielo azul de estos días, o a las estrellas de la noche, me entran ganas de tumbarme en la playa simplemente a ver como pasan las nubes o tintinean las estrellas. Siento envidia por los pajaros que vuelan sobre nuestras cabezas, ellos si que son libres, van a donde quieren, y nos miran a los terricolas como enanos envidiosos y nos dicen: "mirad que nunca volareis como nosotros!!"
Me encanta cuando hace buena tarde, y sopla el viendo de poniente, fresquito, se esta en la playa demasiado a gusto, y, hasta que no se va el sol no me voy yo. En verano el olor a mar es increible, y en ocasiones, momentos en los que quieres pensar, nada mejor que pasear descalzo por la playa, pararte a escuchar al mar, da buenos consejos.
Ultimamente echo demasiado de menos eso, aunque un poco más el mirarnos y sonreir sin decirnos nada, como dos adolescentes que apenas se conocen y sonrien por timidez o no saber que decir. Quiero que llegue pronto el verano y disfrutar de todo eso y más, sea donde sea, siempre que haya mar. Creo que no podria vivir en la Gran Ciudad eternamente, me agobian sus calles, lejanias y atascos. Viviré en el sur, cerca de la playa.
Estoy deseando ir a una trattoria de Ticinese y beber un buen Chianti, parmiggiana, pasta y un buen postre...que ganas de volver a Milan.
1 comentario:
Qué suerte saber disfrutar de todas esas cosas, jose. Y mmmm, qué rico es Milán :)
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