jueves, 17 de enero de 2008

Un adios en la mañana










Se despidieron en la penumbra del amanecer. Casi ni se dijeron adios. El sabia que no la volvería a ver, y se fue caminando, escuchando sus propios frios pasos en la mañana, esperando que ella gritara su nombre, para poder dar media vuelta y volver a abrazarla y despedirse.

Pero no.

Poco despues ella le llamó, y le dijo cosas que él no queria escuchar, ella que esperaba insultos, se sorprendió con el silencio. Se despidieron y él empezó a maldecir a la vida y a llorar desconsoladamente.

Pasó el tiempo, y el viento de los días acabó por perderlos.

Un día, caminando por la playa se encontraron. Pero todo habia cambiado.Él iba de la mano de dos hermosas niñas, las cuales corrian y jugaban con él, ella seguia tan hermosa como siempre. Pero él no la recordaba. Ni se saludaron, fue extraño, porque tiempo atrás se habían amado con alevosía en la noche.

Y se convirtieron en dos desconocidos. Y el silencio acabó por separar a aquellos dos amantes.

2 comentarios:

matias dijo...

que historia mas triste.La historia de siempre de todas maneras.
Que corto es el amor y que largo el olvido,
ya lo dicen los pichones intelectuales.
Bueno chaval, los examenes los acabamos el 28 de febrero, pero nos vamos a barcelona corriendo.
Así que preparate ese finde que nos vamos todos a ver al edgar.
el aún no se si lo sabe.
1 beso escritor!

jose_real dijo...

genial!!!!